El Ministerio de Sanidad, Servicios
sociales e Igualdad ha publicado en Enero de este 2013 una guía para
fomentar el uso de una terminología adecuada al hablar sobre el autismo, y evitar el uso peyorativo que se le da a veces desde los medios de comunicación o desde las personas que nos rodean.
Como por ejemplo, cuando leemos titulares como “Me asombra el autismo de los sindicatos…”, “Pepito Gómez es bastante autista” o escuchamos en la calle decir a una persona “Un hermano es normal y el otro es autista”.
Estos son malos usos de palabras relacionadas con el autismo,
utilizándolas como si se tratasen de un insulto, y es debido a que en muchas ocasiones el término ‘autista’ es utilizado erróneamente
en vez de utilizar adjetivos correctos, como aislamiento,
desvinculación, desinterés, incomunicación, indiferencia, impasibilidad…
Y las personas que lo utilizan equivocadamente no se dan cuenta de que hieren la dignidad de un colectivo de personas y sus familias, y que es a todas luces un lenguaje discriminatorio.
El autismo NO ES UNA ENFERMEDAD, es un trastorno del desarrollo infantil que se manifiesta de forma diferente en cada persona.
Las personas con autismo se caracterizan principalmente por tener dificultades en el lenguaje y la comunicación, no hablando en ningún momento de incapacidad, sino de dificultad. También se caracterizan por sus dificultades para comprender y establecer relaciones sociales, así como son característicos a su vez los comportamientos repetitivos.
Algunos errores que debemos evitar cuando hablamos de personas con autismo es que carecen de sentimientos, no
es cierto: lloran, se ríen, se alegran, se entristecen y se enfadan. En
muchos momentos pueden no saber cómo expresar sus emociones, pero nos
demuestran que las sienten. Muchas veces oímos que la persona con TEA
están aislados en su propio mundo, esto tampoco es cierto, hacen a diario esfuerzos inmensos para comunicarse… Y por supuesto no viven en otro planeta. Un error muy común y que se ha generalizado es pensar que tienen discapacidad intelectual, esto no es cierto,
hay personas con autismo que sí la tienen y hay otras que no, así como
también hay personas con autismo con gran capacidad para unas cosas y
hay otras que no.
Es muy importante emplear la expresión “persona con autismo” en lugar de la palabra “autista”.
Antes que nada hay que poner de relieve la condición de ‘persona’ antes
de definir a una persona por su discapacidad, y así evitar un lenguaje
discriminatorio.
La Real Academia Española (RAE),
a petición de las familias y profesionales de personas con autismo, ha
asumido el compromiso de modificar la definición de autismo en la actualización de su edición impresa en 2014, eliminando el carácter restrictivo de la anterior y calificándolo más como un «trastorno
del desarrollo que afecta a la comunicación y a la interacción social,
caracterizado por patrones de comportamiento restringidos, repetitivos y
estereotipados».
Las personas con Trastornos del
Espectro del Autismo comparten muchas necesidades y deseos con otras
personas de su misma edad sin autismo. Todos somos diferentes, pero
tenemos los mismos derechos.
Vía| Guía sobre Los trastornos del espectro del autismo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Tríptico Autismo
Imagen| Ilustración niño ‘autismo’
En QAH| ¿Qué es el autismo? (I), (II): Mitos, (III): Definición y Causas, El síndrome de Asperger, (IV): Diferencia entre Autismo de alto funcionamiento y Síndrome Asperger
(Tomado de QueAprendemos del diario de Sevilla España)
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