El autismo es una discapacidad compleja que no es comprendida lo suficiente y que se manifiesta de diversas maneras. Los niños y adultos autistas y, de hecho, las personas que viven con discapacidades en general, tienen una doble carga. Además de las dificultades cotidianas que les plantea su discapacidad, también deben hacer frente a las actitudes negativas de la sociedad, a que no se preste apoyo suficiente a sus necesidades y, en algunos casos, a una discriminación flagrante.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, que entró en vigor en mayo de 2008, es un instrumento sumamente valioso para corregir tales situaciones. Su objetivo es promover la igualdad en el goce de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales por parte de las personas con discapacidad. Hasta el momento, 144 países han firmado la Convención y 83 la han ratificado.
El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo tiene por objeto que se comprenda mucho mejor el autismo y se promueva la adhesión universal a la Convención de las Naciones Unidas. Combinando la investigación con las actividades de sensibilización podemos ofrecer protección y apoyo a los adultos y los niños que tienen discapacidades como el autismo, para que puedan integrarse plenamente en una sociedad inclusiva.
Al conmemorar el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo de 2010, recordemos que cada uno de nosotros puede asumir esa responsabilidad. Unámonos a las personas con autismo, sus familias y sus defensores en una comunidad de voces a fin de lograr una mayor conciencia y comprensión. Hagamos también introspección y volvamos a evaluar nuestras actitudes y las de nuestras sociedades para que podamos eliminar los prejuicios que discriminan a las personas con discapacidad. Dediquémonos a crear una sociedad justa y solidaria que permita que todos gocen de sus derechos con dignidad.
Ban Ki-moom
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