La muralla del Real Alcázar se iluminó ayer, Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, con el color distintivo de esta discapacidad
Los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
afectan a 1 de cada 150 personas y su prevalencia e incidencia ha
aumentado en todas las regiones del mundo, de aquí la necesidad de
lograr una mayor sensibilización de la sociedad hacia los efectos de
esta discapacidad que ha sido «más invisible» que otras mejor conocidas
tradicionalmente.
Dentro de ese contexto general se enmarcaba ayer la celebración del Día Mundial de Concienciación del Autismo que, por iniciativa del grupo Autism Speaks,
proponía iluminar de azul —color que se ha convertido en distintivo de
esta discapacidad— edificios emblemáticos de numerosas ciudades. En
Sevilla, el Ayuntamiento, a petición de la Asociación Autismo, que preside Mercedes Molina, iluminó de azul la muralla del Real Alcázar, sumándose así a esta iniciativa internacional.
Fue en diciembre de 2007 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas
acordó designar el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación del
Autismo, con el fin de incrementar la conciencia pública sobre esta
discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta en los tres primeros años de vida y deriva de un trastorno neurológico.
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