By El Sol de Yakima
MOLLY ROSBACH
EL SOL DE YAKIMA
ANDY SAWYER/Archivo – El Sol de Yakima
A los 18 meses, ¿su hijo le mira a los ojos por uno o dos segundos?
¿Intenta conseguir su atención, mientras hace otra actividad? ¿Es
demasiado sensible al ruido? ¿Está interesado en otros niños?
Estas son algunas de las preguntas de Modified Checklist for Autism in
Toddlers (M-CHAT, por sus siglas en inglés) o lista de verificación
modificada de autismo en niños pequeños, una evaluación preliminar
utilizada por médicos para detectar signos de autismo en los niños
pequeños.
Ahora, un estudio de Washington University que incluye a Yakima espera
ampliar la detección temprana del autismo en todo infante de 18 meses
durante su visita médica. Y, si los niños pequeños muestran síntomas
podrán recibir servicio especial inmediatamente, sin esperar un
diagnóstico formal, algo que puede tardar meses.
“Con la intervención temprana, observamos distintos tipos de
resultados”, dijo la catedrática Wendy Stone, quien dirige el
laboratorio de detección temprana del autismo en UW (READI, por sus
siglas en ingles).
Según la especialista, muchos niños no reciben un diagnóstico adecuado
hasta que cumplen los 4 años de edad, pero hacerlo a una edad más
temprana, entre 0 y 3 años de edad, podría ser más beneficioso.
Señaló que el estudio es importante para los niños latinos, ya que según
los investigadores, el autismo se ha detectado tardíamente más en niños
latinos que no latinos, el cual puede limitar la eficacia de los
primeros tratamientos. Por ello, Yakima fue elegido como uno de los
cuatro condados de Washington que participarán en el estudio.
“Siempre nos ha preocupado el diagnóstico temprano del autismo en los
niños, al menos, en esta parte, porque tenemos una alta población
latina”, dijo la doctora Diane Liebe, directora de pediatría en
Children’s Village, un centro que ofrece servicios de apoyo y terapia a
niños con necesidades especiales.
El estudio de cinco años tiene un costo de 3.9 millones de dólares y
está subvencionado por el Instituto Nacional de Salud Mental.
El estudio empieza con una encuesta de M-CHAT que los padres deben
responder en una tableta electrónica. A diferencia de una encuesta en
papel, la tableta hará preguntas automáticamente y dará un seguimiento
si alguna de las respuestas muestra síntomas de autismo o retraso.
Si un
niño da positivo, será referido inmediatamente a un centro como
Children’s Village, donde los médicos darán seguimiento para identificar
más signos de autismo.
Por último, los proveedores serán capacitados en actividades
interactivas de intervención con el niño para mejorar la comunicación y
la interacción social. Todos los materiales de estudio serán en inglés y
español.
La intervención temprana “no cura el autismo”, dijo Liebe, pero “si se
inicia tempranamente, ese niño se verá drásticamente diferente al
ingresar a la edad escolar”.
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