1 de cada 88 chicos puede padecer un Trastorno del Espectro Autista
(TEA). La detección temprana es el primer paso más importante para
comenzar un tratamiento. La importancia de fortalecer la red entre
padres, salud y educación.
La cuarta jornada sobre Trastornos del Espectro Autista (TEA) se
realizó hoy en el partido de Tres de Febrero con una participación de
más de mil personas, entre profesionales de la salud, padres de niños
con TEA y docentes. El ministerio de Salud de la Provincia lleva a cabo
estas jornadas con el objetivo de avanzar en la detección temprana de
los trastornos, un hecho clave para el tratamiento y la evolución de los
niños que los sufren.
“Con esta nueva jornada ya superamos las 4 mil personas capacitadas
en detección temprana de Trastornos del Espectro Autista. Ese es nuestro
desafío: que salud, educación y padres trabajemos juntos para mejorar
la calidad de vida y la inserción social de todos los niños”, afirmó el
ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia, en la inauguración
de la jornada, que se realizó en el Centro Deportivo Municipal Nº 2 de
Tres de Febrero, con la presencia del intendente Hugo Curto.
Collia destacó, sobre todo, la importancia de construir un marco para
que tanto las ONGs como el Estado “puedan integrar un programa que
permita llegar a tiempo a esta problemática que afecta a uno de cada 88
chicos”. En este sentido, el ministerio de Salud viene trabajando en una
Red Provincial de Servicios Sociales y Asistenciales para dar respuesta
a los Trastornos del Espectro Autista, a través de capacitaciones, y
trabajo en conjunto con educación y asociaciones de padres.
“Estoy muy agradecida tanto con el intendente Curto como con el
ministro Collia por invitarme a participar de un trabajo que rendirá sus
frutos, como lo hizo la ley de fertilización, que si bien costó
implementar hoy podemos ver sus resultados, con más de cien bebés ya
nacidos”, afirmó la presidenta de la Fundación Bapro, Karina Rabolini,
quien se sumó al trabajo para crear políticas públicas que atiendan la
problemática.
Esta fue la cuarta jornada de TEA y la idea es seguir realizándolas
en distintos distritos de la Provincia. Hoy se dictaron conferencias
sobre Trayectorias Escolares de niños con Trastornos en el proceso de
constitución subjetiva; Trabajo de contención, comunicación en la
asociación; TGD Padres; Aspectos Neurobiológicos del TEA; Alto
rendimiento y Asperger, entre otras. En el encuentro también
participaron el titular del Cosapro, Jorge Collia y la coordinadora del
programa de Trastornos Generales del Desarrollo (TGD), Daniela Ávila.
DETECCIÓN TEMPRANA
Hasta que Miriam Pérez supo que su hijo sufría un Trastorno General
del Desarrollo (TGD) No Especificado se la pasó de consultorio y
consultorio: fueron más de 6 médicos en dos años: 3 neurólogos y 3
pediatras. Y los diagnósticos tan variados que iban desde que ella era
una madre muy permisiva hasta que tenía hiperactividad. En el medio le
hablaron de retraso madurativo, de trastorno de la atención y de que el
nene necesitaba unos “chirlos”.
Pero ni ella ni una terapeuta que atendía a Roque –así se llama el
niño que hoy tiene 8 años- estaban de acuerdo con lo que les decían. Y
finalmente en un hospital público, el 6 de julio de 2010, el diagnóstico
fue el acertado: tenía un trastorno del espectro autista, un TGD no
especificado.
“Creo que la difusión de estos trastornos y la capacitación de los
profesionales es la tarea más importante a lograr para que a ningún otro
padre le pase lo mismo que a mi, que nadie pueda decirle qué tiene su
hijo y que empiecen a tratarlo tempranamente”, afirmó Miriam, quien
cuando supo el diagnóstico de Roque se asoció con otros padres de Glew y
formaron TEA sin fronteras, una ONG para niños, padres y familiares.
La especialista en TEA y TGD y disertante de la jornada, Nora
Grañana, explicó que “la detección temprana es fundamental porque
favorece la independencia del niño, la vida en el hogar, mejora el
rendimiento intelectual, las posibilidades de inclusión y las conductas
disruptivas”. Sin embargo, lamentablemente, el diagnóstico temprano
todavía no es común. Justamente de eso se trata la conformación de la
red provincial y las capacitaciones, de lograr que los niños con esta
enfermedad sean tratados desde la más temprana edad.
Grañana explicó que en edad inicial los síntomas que deben llamar la
atención a los padres son: la demora en comenzar a hablar cuando tienen
más de 2 años, el exceso de berrinches y las dificultades para
relacionarse, las conductas repetitivas, la incapacidad para mirar a los
ojos o mantener la mirada. En la etapa preescolar, de 3 a 5 años, debe
prestarse atención si hay dificultad para relacionarse socialmente, es
burlado, demasiado tímido, y tiene temas de interés que no son los de
los otros niños.
La especialista explicó que frente a estos casos hay que consultar al
pediatra, pero sobre todo ponerse en contacto con las asociaciones de
padres, quienes podrán recomendar especialistas. Para eso el ministerio
de Salud trabaja en conjunto con el fin de poder derivar a los niños a
los centros de atención públicos más cercanos y orientar a los padres
con las ONGs que pueden ayudarlos.
Los Trastornos Generales del Desarrollo (TGD) y del Espectro Autista
(TEA) suelen aparecer de manera repentina cerca de los 2 años y
comprenden una serie de afecciones que tienen en común problemas de
integración social, del lenguaje, conductas repetitivas e intereses
restringidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario