Julia Le Duc
18 de Octubre,
Matamoros, Tamaulipas.- A tres años de su fundación como un centro de asistencia de apoyo a niños con discapacidad, la agrupación de autismo “Un Mundo Contigo”, emerge a través de testimoniales y documentos como un organismo que lucra con la necesidad de familias de escasos recursos, que defrauda a las dependencias públicas al asegurarse como un proyecto filantrópico y obtiene múltiples beneficios que son acaparados por unos cuantos que lo tienen como un gran negocio particular que les deja muy buenos dividendos.
Solamente por concepto de cuotas que cobran a los padres de familia, reciben 89 mil 600 pesos, mientras que la nómina por todos los servicios es de 48 mil pesos, quedando al mes una ganancia de 41 mil 600 pesos, sin contar los donativos que recibe.
Días después de que organizara una colecta en la plaza principal y consiguiera el redondeo de una importante tienda departamental, una investigación de Expreso pone al descubierto cómo desde el 2009, el centro dirigido por Alma Elizabeth Gutiérrez Virrey, también conocida como Alma Gutiérrez y/o Alma Muro, ha obtenido generosos apoyos financieros que no se han canalizado en apoyo a niños con autismo, cuyas terapias y tratamientos tienen que ser financiadas semanalmente por sus padres a través de cuotas y venta de alimentos, colectas callejeras, reciclaje de cartón y plástico.
Con domicilio en la calle Gabino Barrera, entre las vialidades Universidad y Del Maestro, dentro de las instalaciones del parque Calmecac donde sin autorización del Cabildo el presidente del patronato administrador, Marte Rodríguez Jr., le cedió un espacio para la construcción de dos cuartos de material, el centro asistencial atiende a 32 menores de edad a los que proporciona dos horas de terapia diaria cambio de 200 pesos semanales.
A esta aportación se le suma el costo de cinco horas semanales dentro de una cámara hiperbárica, a razón de 75 pesos por sesión, así como tres prácticas semanales de equinoterapia de 15 pesos por sesión, más el alimento del caballo y la consulta del veterinario.
“Ya en conjunto yo venía pagando unos 700 pesos por semana, pues también me daban boletos para vender para unas loterías que la señora Alma organizaba de joyería, y platillos de tamales de 40 pesos que teníamos que pagar forzosamente los vendiéramos o no, por eso yo pensé o le doy de comer a Bryan o lo saco de las terapias que para mí que soy una mujer sola que limpia casas se me hizo impagable”, dijo Minerva Briones, madre de cinco hijos, recuerda que cuando Bryan nació hace ocho años, de inmediato lo notó diferente.
“Primero pensé que era la edad, que con el tiempo se iba a desarrollar como los otros niños, pero no hablaba, no interactuaba, se la pasaba tirado en el piso, usando pañal hasta hace unos meses que lo cambié a una escuela donde sí me lo están ayudando, mire ahora hasta a la computadora sabe usar”, agregó.
Tras enfrentar el abandono de su esposo, sin un empleo fijo, lavando ajeno y limpiando casas, la señora Minerva llegó a “Un Mundo Contigo” confiada en que su hijo Bryan podría tener un oportunidad de progreso .
“Pero me encontré cobros y más cobros, yo estaba consciente de que a cualquier lugar a donde llevara a mi hijo me iban a cobrar, lo que no me dijeron es que iba a tener que vender platillos, que acomodar boletos de lotería, que juntar botes de plástico en las calles ni pedir dinero, como le tuve que hacer para que me lo siguieran admitiendo”, manifestó.
La pesadilla no hubiera terminado, confía la señora Minerva mientras abraza a Bryan, si alguien no le presenta otra opción de estudio para el menor donde con apoyo de especialistas ha mostrado un progreso sorprendente.
CURA FALSA
Sin titubear, Alma Elizabeth Gutiérrez Virrey abre sus grandes ojos verdes y admite que los padres de niños autistas que desean obtener terapia en “Un Mundo Contigo” son obligados a vender boletos, ofrecer platillos, juntar botes y hasta pedir limosna en las calles.
“Por el hecho de que hay que juntar 12 mil pesos a la semana que tengo de nómina y si no nos alcanza con lo que ellos aportan de cuotas, que a veces son cuatro mil, a veces son dos mil, a veces son mil 800 y por eso los ponemos a vender comida, hay que ir al tianguis, hay que reciclar plástico, porque cada semana es la misma cosa, no alcanza el dinero, la cantidad que juntamos no nos cubre el sueldo a los terapeutas, que son muchachos que tienen que ganar su salario cada semana de 700 pesos, que es muy poquito, más el sueldo de la directora que gana seis mil 250 pesos por mes”, dijo.
Promotora de un proyecto que beneficia a “padres de escasos recursos”, la imagen de Alma Elizabeth contrasta con la del resto de los jefes de familia que llegan a las instalaciones de la agrupación en “pesera” o a pie. Cansados de juntar botes u ofrecer boletos de comida entre sus familiares y amigos, lo padres de niños autistas son recibidos por una presidenta de la agrupación que conduce una camioneta Nitro, mexicana, cuyo color dorado hace juego con sus arracadas de oro, cadena con crucifijo y elegante juego de pulseras tipo semanario del mismo metal.
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