Así lo ha anunciado en la capital salmantina el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, quien ha destacado que el objetivo principal de este proyecto es la detección precoz de los Trastornos Generales del Desarrollo (TGD) en niños de 18 y de 24 meses.
Desde que se implantó como programa piloto en 2005 y hasta diciembre del pasado año, un total de 7.900 niños han participado en las investigaciones en las que han colaborado 82 profesionales.
La esencia de esta iniciativa, que comenzó a desarrollarse como experiencia piloto con la colaboración de la Universidad de Salamanca y del Instituto de Salud Carlos III, es reducir "la incertidumbre sobre el desarrollo de niños con dificultades evolutivas y disminuir la demora de los procesos de diagnóstico de los TGD", ha destacado el consejero.
Los resultados y el trabajo realizado se han convertido en una referencia nacional, ha apuntado Sáez, ya que se trata de "la experiencia más amplia y sistemática de implantación de un sistema de cribado" hasta el momento en nuestro país.
El programa se basa en la aplicación de un cuestionario llamado M-CHAT que los padres cumplimentan cuando acuden a la consulta del pediatra a vacunar a su hijo a los 18 meses y a la revisión de los 24 meses.
Una vez procesado los datos, estos permiten identificar signos de sospecha de autismo para que el equipo de pediatría pueda tomar la decisión de remitir al niño y a su familia a los servicios de Atención Temprana y a una evaluación más exhaustiva sobre las necesidades del pequeño en las unidades de diagnóstico especializadas de referencia.
Hasta el momento se han realizado 10.095 cuestionarios que corresponden a 7.900 niños, para lo cual han participado 82 profesionales -57 de pediatría y 25 de enfermería-.
En total, se han detectado 22 niños con un TGD y 27 con otro tipo de trastornos, de los que 20 presentaban un retraso madurativo de diferente grado; uno con trastorno por déficit de atención con hiperactividad y seis con trastornos del lenguaje.
Con el desarrollo de este proyecto se ha constatado que la media de edad de diagnóstico en los niños procedentes de provincias donde no está implantado el programa de cribado es de 38 meses, frente a los 26 meses de edad de diagnóstico en las provincias donde está el cribado.
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