3 de agosto de 2011

Los padres como terapeutas del niño o niña con autismo

Maritza López Custodio
Santo Domingo

Las habilidades y hábitos que otros niños aprenden espontáneamente sin problemas en el transcurso de los primeros años representan un gran reto de aprendizaje para muchos niños con autismo.

De ahí que el principal enfoque terapéutico a implementar a temprana edad es el manejo conductual del niño en el ámbito familiar, por lo que es imprescindible entrenar, orientar y asesorar a los padres, dándoles todo el apoyo e informaciones necesarias para instaurar las conductas adecuadas en los niños y evitar inadecuados manejos que luego se convierten en conductas inadaptadas muy difíciles de erradicar.

Es así como la familia se convierte en la base primordial de apoyo al tratamiento del niño con autismo. De su temple afectivo, de su adecuado conocimiento e información sobre la condición específica de su hijo y de la estabilidad emocional de sus miembros, principalmente de la madre, dependerá en gran medida la efectividad y el éxito de la intervención terapéutica aplicada.

Es importante, por lo tanto, orientar a los padres sobre la implementación desde temprana edad, de hábitos en su rutina, por ejemplo: control de esfínteres, dormir solo, comer y vestirse independientemente y otras habilidades de autoayuda.

Les toca también a los padres decidir, luego de conocer a profundidad y detalladamente el diagnóstico y las necesidades específicas de su hijo/a con autismo, sobre la modalidad educativa a elegir. Muchos se decantan por escuelas regulares porque quieren ofrecer a su hijo modelos sociales a imitar con compañeritos de igual edad.

Lastimeramente no ocurre siempre así, pues muchos niños con autismo tienen dificultades para imitar espontáneamente las conductas sociales, más bien las aprenden cuando se las enseña específicamente un adulto con técnicas especiales, ya sea mediante pictogramas, modelado, etc.

Por otra parte, los niños más afectados que no tienen lenguaje oral, necesitan un plan educacional muy estructurado y dirigido, lo que regularmente conseguirán en un programa de escuela especial. Esta tarea de ser coterapeutas de su hijo/a con autismo puede ser una de las más enriquecedoras experiencias en términos de crecimiento personal y familiar, cuando descubrimos y reconocemos la naturaleza dominante del trastorno autista, sabiendo que tal vez no podamos cambiar el diagnóstico, pero sí el curso de los acontecimientos.

Es importante por lo tanto no perder el norte en este proceso de crianza de los niños con autismo, donde la meta es el camino y el camino es la vida misma.

La autora es psiquiatra infanto-juvenil. Tiene 25 años de experiencia en el campo de la atención, evaluación y diagnóstico a niños con autismo y trastornos del desarrollo. Creó y dirige el Centro de Atención a Personas con Autismo y Discapacidad Intelectual (Cenaudi).

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